Esa fue la frase con la que Karen me recibió una mañana. Ella, que siempre encuentra algo para hacer, ahora está en campaña de escribir una novela. La historia es genial, no voy a develar mucho.
Me cuenta que a veces se queda hasta tarde escribiendo.
Aquí les comparto tan solo el inicio, y recuerden su nombre, tal vez Karen se transforme en una gran escritora.
“Un ángel fue desterrado del cielo porque no quiso elegir un bando entre el bien y el mal. Él decía que jamás elegiría entre Dios y el diablo. Que ninguna guerra era más importante que el amor. Entonces fue desterrado del cielo y obligado a vagar eternamente entre los mortales. El diablo, que también estaba furioso, lanzó una maldición para toda la eternidad a Mahiequel. Se enamoraría siempre, una y otra vez, de la misma mujer. Y cada vez que llegaran a ser felices y él le diera el primer beso, su amada moriría”.
(Karen va ya por el segundo capítulo de la novela).
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Sabrina también escribe, aunque ella -como adora la música- elige la canción como género para expresarse. En la primera mitad del año empezó a escribir un tema, que comienza así:
“Esta es la historia de dos corazones grises
que penando que viviendo juntos, serían felices….”
(Tiene unas cuantas estrofas más).
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Malena se sumó recientemente, pero en la primera clase me mostró cuadernos y hojas sueltas de los textos que escribe. Tiene novelas empezadas, relatos, un material muy interesante.
En clase produjo el siguiente texto:
“Hay amores que son tóxicos, que duelen, que lastiman.
Son tan tóxicos que llegan a sacar nuestro lado oscuro a la luz del día.
Hay amores que son tóxicos,
que por cuestión de orgullo nos llevan a la distancia”.
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Ángela es otra de las que escribe y participa activamente en el taller. En la compu de la Residencia tiene su carpeta donde guarda textos en los que expone sentimientos.
Compartimos algunos fragmentos de sus producciones:
“Vive sin temor a nada, porque nadie vivirá tu vida por ti. Es muy corta para vivir amargado y larga para crear momentos felices. Aunque la gente hoy en día pasa su vida en medio de una amargura constante y los jóvenes viven sin temor, todos atravesamos cosas buenas y malas… Pasan los momentos aunque no tengamos noción del tiempo”.
“Hoy es un día gris y solo recuerdo momentos con él. Cuando me quedaba a su lado acostada hasta la hora de comer. Después, los dos estábamos juntos con nuestro hijo. La pasábamos muy bien. Éramos felices. Éramos la familia que siempre soñamos… Me pregunto, ¿por qué me fui de aquella forma si con él era feliz? ¿Por qué no notaba lo feliz que era y lo indispensable que era para mí? Arriesgué todo por él y nunca me abandonó. Hasta el día que me fui me suplicó para que no lo hiciera. Y lo único que hice fue dejarlo solo como a un perro. Y no me di cuenta que todavía lo amaba….”.
“Hoy vi a mi madre de nuevo y parecía que no había pasado el tiempo desde la última vez. Estaba como siempre, era una compañera conmigo, pero a la vez fría e hiriente. Yo una vez más no sabía qué decir para no arruinar el momento. No dije nasa, solo reí y disimulé que nada pasaba. Como siempre, me tragué las cosas para no arruinarlo… Siempre será mi madre, pero funcionamos a la distancia…”.